El 27 de mayo de 2021 Luis Chacón presentó su nuevo libro en el salón de actos del centro cultural «La Confianza», con el apoyo de la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Valdepeñas. Vanessa Irla, concejala de Cultura, y José A. S. Elola, concejal de Medio Ambiente, oficiaron el acto elegantemente y con alusiones al humor empleado en la novela, así como al lenguaje, muy manchego pero divertido. María Luisa Villafranca, presidenta de ROSAE, también tuvo unas palabras de agradecimiento a Chacón por la donación de los beneficios que se obtengan con la venta del libro, pues el autor ha decidido ayudar con esta nueva publicación a la ASOCIACIÓN DE MUJERES AFECTADAS POR CÁNCER DE MAMA.

Luis Chacón hizo un breve análisis de la obra, y apeló al sentido del humor de los lectores, pues para leer la novela se necesita eso, humor, y no ofenderse con las bromas y chistes que se van a encontrar a lo largo de la trama. También hizo hincapié en que el personaje principal, Atranca-poco, está basado en su abuelo materno, José de la Torre, que fue agricultor, y a quien dedica el libro precisamente.
«Se titula así precisamente porque los jubilados pasan de todo, hacen lo que les da la gana, están de vuelta ya de todo…», expresó el autor. «Les importa un comino si van bien vestidos, si lo que están diciendo es correcto o no, en fin… que no es una crítica, porque los admiro, ojalá yo pudiera comportarme de la misma manera, pasando olímpicamente de los demás, jajaja», añadió el escritor.

El concejal, por su parte, leyó el resumen de la obra: A Alfonsito (Pochele) se le viene el mundo encima cuando, en plenas vacaciones estivales, sus padres lo dejan un mes con su abuelo, pero no con el de ciudad (el urbanita), sino con el rural (el gañán), el que vive en una quintería, a las afueras de Cacerorilla. Se llama Tiburcio (alias “Atranca-poco”), y apenas lo visitan, no sea que le “pegue” sus modales de paleto al niño. Para el chiquete esto supone un cambio radical de costumbres y horarios, pero sobre todo de lenguaje, pues la jerga de “garrulo” de su pariente le resulta indescifrable. Como consecuencia no paran de surgir conflictos entre ambos, chocando la formalidad del chaval con las manías y comportamientos de “viejuno de campo” de su impredecible abuelo, y Pochele se pasa los días refunfuñando y mohíno. El anciano, no obstante, empeñado en tener contento a su nieto, lo embarca en un insensato e irracional periplo veraniego, y de repente todo se vuelve un sindiós.
«Una comedia entrañable, llena de guasas y “simplonadas”, apta para gente abierta y con sentido del humor, y todo ello aderezado con la idiosincrasia, la ternura y el surrealismo de la gente mayor de los pueblos de La Mancha», terminó leyendo Elola.

A continuación unas fotos del autor con algunos de los asistentes:







Resumen del acto en un vídeo de un medio local informativo:
Algunas reseñas escritas de la presentación:









